domingo, 13 de diciembre de 2009

De vueltas con la crisis de la socialdemocracia


ACERCAMIENTOS
(acb.003)

DE VUELTAS CON LA CRISIS DE LA SOCIALDEMOCRACIA

La debacle sufrida por el SPD en las recientes elecciones alemanas, ha posibilitado que su antiguo socio en el gobierno, en esta ocasión pacte con los liberales, la otra derecha de aquel país. Esta nueva coalición, que a todas luces es la natural, sólo ha sido posible, seamos realistas, por los raquíticos resultados cosechados por los socialdemócratas, que no han sabido, o no han podido mantener su identidad durante los años que ha compartido gobierno, de suerte, que todos los éxitos del ejecutivo fueron al haber de los democristianos, mientras que todos los fracasos, de cara a la opinión pública, se anotaron en rojo en la columna de su debe. Esto, que sucede casi siempre, sobre todo cuando una fuerza política se deja llevar, aceptando, políticas que no son las suyas, tiene en esta ocasión singularidades, que al menos, deberían llamar la atención, y que están articulando un importante debate, que creo, puede, en el mejor de los casos, hacer recapacitar a la socialdemocracia sobre su presenta, pero sobre todo ante su fututo.
En un periodo de grave crisis económica, que está asolando a todo el primer mundo, provocada, y esto nadie lo duda, por las políticas dictadas por los teóricos de la derecha, lo lógico sería que la ciudadanía optara por modelos alternativos, o lo que es lo mismo, que le diera la espalda a las formaciones que se enorgullecieron en su momento de llevar a la práctica dichas políticas, para mayoritariamente apoyar, si no a la izquierda radical, sí a la izquierda moderada, es decir a la socialdemocracia. Pero no, elecciones tras elecciones se comprueba, que los partidos derechistas están saliendo fortalecidos, mientras que la izquierda con posibilidades de llegar al poder, observa como se debilitan sus posiciones. Este fenómeno, aparentemente sin sentido, también está ocurriendo con los escasos partidos socialdemócratas que siguen gobernando en Europa (España, Reino Unido), ya que dichas formaciones, después de analizar, casi siempre con lupa, los diferentes informes demoscópicos, comprueban como pierden apoyos de forma casi constante, de suerte, que difícilmente, ninguno de ellos podría revalidar hoy por hoy su mandato. ¿Qué es lo que ocurre?
No, el mundo no se está volviendo loco, ya que todo, aunque algunos no quieran comprenderlo, posee su lógica, y en este caso resulta diáfana. En uno de los múltiples artículos que se están publicando recientemente sobre el tema, Daniel Múgica, afirma que la derecha, ha realizado una copia a la baja de los postulados socialistas, cuando en realidad, y me sorprende que este hecho no lo comprendan los teóricos socialdemócratas, es precisamente todo lo contrario. Efectivamente, el problema de la socialdemocracia, y de ahí todos los males que padece, proviene, de que durante muchos años, demasiados, ha plagiado, intentando hacerle creer al personal que por coherencia y por realismo, afirmando incluso que esa era la única política posible que se podía realizar, las políticas dictadas desde los cenáculos neoliberales. Lo anterior ha desembocado, ha dado lugar, a que la ciudadanía haya preferido, incluso en estos momentos de crisis, apostar por el original que por la copia. Así las cosas, la socialdemocracia, se ha asentado, o estacionado en un lugar, en donde por falta de credibilidad, poco puede decir ni aportar, ante la amarga realidad por la que atraviesan los sectores más humildes de la sociedad, en donde siempre, para colmo, se ha concentrado su gran yacimiento electoral. Y esto ha ocurrido, porque se ha entregado, dejando olvidado sus postulados básicos, a los discursos y a las dinámicas económicas que han dominado durante toda una época, no pudiendo en estos momentos, de la noche a la mañana, desprenderse de ellos. Para intentar contrarrestar lo anterior, que como una pesada loza se asienta sobre la izquierda moderada y reformista, se afirma a modo de justificación, que el problema se debe a la falta de comunicación existente, ya que no existen vehículos eficaces, al encontrarse todos en manos del capital, que trasmitan verazmente a la ciudadanía las diferencias reales entre las políticas practicadas por la derecha y las llevadas a cabo por la izquierda. Al parecer, de nuevo la culpa la tiene el mensajero, como si los que realmente han padecido esas políticas, necesitaran que les explicaran, con todo lujo de detalles, las causas y los motivos por las que fueron aplicadas. Tanto Willy Meller como Daniel Múgica, en sus sendos artículos sobre la crisis que padece la izquierda, subrayan tal hecho como esencial, apostando ambos, pese a pertenecer a sectores diferentes de la izquierda, por la misma receta, que según ellos no puede ser otra, que la de movilizar a la militancia. Curioso, sobre todo cuando se sabe, que uno de los grandes problemas de la izquierda es que apenas cuenta ya con militantes, al haber sido eliminados, por ser molestos e innecesarios, en las nuevas estructuras de los partidos-empresas, organizados en cuadros altamente especializados, que si en algo coinciden, es en la alergia que padecen a los debates internos y a todo lo que huela a ideología. De todas formas, se observa un malsano interés, por trasladar a los pocos militantes que quedan, a los pocos militantes que aún no ocupan cargos públicos remunerados, todos los problemas existentes, como si ellos fueran los responsables de las nefastas estrategias ideadas por sus dirigentes.
El debate que ha comenzado, y que sin duda alguna tomará fuerza durante los próximos meses, si realmente se desea que sirva para algo, debe dejar a un lado las justificaciones injustificables, y centrarse en el papel que deben ejercer en un futuro próximo las organizaciones de izquierdas, en donde en primer lugar habrá que plantearse, si en las actuales circunstancias, resulta necesario la existencia de lo que hasta ahora se ha denominado la izquierda. Si la respuesta es positiva, como así espero, la tarea a realizar, debería encaminarse, más a crear una cultura de izquierdas, que se asiente en un profundo análisis crítico de lo que son las sociedades actuales, que por la lucha por el poder, que de todas formas, durante un largo periodo tiempo, estará en manos de los que han orquestado la actual cultura dominante.
Viernes, 6 de noviembre de 2.00

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