
ACERCAMIENTOS
(av.10)
Sobre los BRIC
Al parecer, el grupo denominado de los BRIC, formado por Brasil, Rusia, India y China, es decir los abanderados de esos países que llevan el calificativo de emergentes, están tan preocupados por la situación económica que atraviesa Occidente, es decir de lo que hasta hace poco se denominaba “El primer mundo”, que están estudiando muy seriamente la posibilidad de prestarles su ayuda financiera para que puedan salir de la difícil situación en la que se encuentran. Sí, al parecer se encuentran muy preocupados de que las economías de esos países, a los que siempre habían envidiado, se hundan definitivamente o que caigan en una larga recesión, lo que con toda seguridad perjudicaría a sus propias economías, pues nunca hay que olvidar, que esos países que en estos momentos se encuentran con la soga al cuello, son sus grandes compradores, tanto de productos manufacturados como de sus materias primas. Por este motivo y no por otro, es por lo que se sienten en la obligación de invertir parte de sus excedentes económicos en países que carecen incluso del efectivo suficiente para pagar la nómina de sus funcionarios, como les está ocurriendo a algunos países que hasta la fecha eran considerados como modélicos.
El mundo al revés dirán algunos, los nuevos ricos ayudando a los ricos de siempre, a los de toda la vida, lo que sería una forma de decir la verdad, aunque tampoco sería la verdad, pues como siempre, todo resulta más complicado de lo que en realidad parece. El problema, creo que radica en lo que se entienda por el concepto de riqueza, por quién se considere que es más rico, ¿el que vive de forma miserable teniendo una fortuna en el banco, o debajo del colchón, o por el contrario, aquél otro que vive confortablemente, a pesar de carecer de un remanente sólido con el que poder afrontar momentos de dificultad? Sí, porque lo esencial es tener claro qué es lo importante, si tener un PIB anual elevado, a veces de dos dígitos, o mantener una cohesión social aceptable aunque ello implique una sensible merma del crecimiento. Hasta hace poco ambas variables se conducían de forma paralela, pues a un PIB elevado le correspondían unos altos niveles de cohesión social, pero de un tiempo a esta parte, para desgracia de todos, poco o muy poco tiene que ver una cosa con otra. Y este diferencial, donde realmente se nota es en esos países que se vanaglorian de ser calificados de emergentes, que como suelen hacer los nuevos ricos, van enseñando sus cadenas y sus relojes de oro, al tiempo que tratan de esconder, como mejor pueden, sus vergüenzas.
Lo que parece claro, es que si se rasca un poco en la estructura social y en los instrumentos de protección social existentes en esos países que conforman el BRIC, un observador imparcial puede comprender con facilidad, que lo único que tienen es un excedente económico importante, que en lugar de invertir en sus propias sociedades, que es lo que deberían de hacer, en el bienestar de las mismas, estudian utilizarlo para rescatar de la insolvencia a sus mejores clientes. O dicho de otro modo, el poderío de estos países se sustenta, a diferencia de los países del antiguo Primer mundo, en el escaso nivel de gasto social que tienen que afrontar, lo que les proporciona grandes beneficios que suelen invertir aquí o allá, dependiendo de sus intereses en cada momento. El problema de las sociedades desarrolladas, esas mismas que en estos momentos se encuentran atrapadas por la crisis, no se debe a que no generen ingresos, sino al hecho de que poseen unos gastos estructurales, casi todos sociales, que en muchas ocasiones superan con creces a esos ingresos, hecho que las obliga a endeudarse por encima de sus posibilidades. El crecimiento de los países emergentes se basa en la escasa legitimidad que sus gobiernos poseen pese al gran número de elogios que reciben, en la escasa, por no decir nula preocupación que manifiestan por el bienestar del conjunto de sus ciudadanos, de unas sociedades que para colmo, en la mayoría de los casos se articulan sobre diferencias sociales criminales. Todo lo anterior se complementa con algo que siempre se debe denunciar y criticar, como es la competencia desleal que realizan, al desatender los gastos que demandan sus sociedades, a los estados que cumplen con sus obligaciones.
Jueves, 22 de septiembre de 2011