miércoles, 23 de febrero de 2011

Sobre la necesidad de un debate


ACERCAMIENTOS
(acb.007)

Sobre la necesidad de un debate


Después de mucho tiempo, y creo que ya iba siendo hora, me encuentro con un artículo en donde además de los inevitables análisis de la situación, se señala hacia un lugar concreto hacia el que poder comenzar a caminar. Como he repetido últimamente en varias ocasiones, ha llegado el momento de aportar alternativas, pues todos sabemos, con mayor o menor conocimiento, las causas que han posibilitado que nos encontremos donde nos encontramos. Parece que la izquierda, tan crítica siempre, se encuentra sobrada de analistas, de individuos y de colectivos que no dudan en señalar las causas que han motivado la gran crisis que padecemos, pero parece evidente que en sus filas, no existen muchos elementos capaces, desde una perspectiva nítidamente de izquierda, de aportar soluciones viables a los múltiples problemas que padecen nuestras sociedades. Por eso, cualquier aportación, por mínima que sea, siempre debe ser bienvenida, pues seguro que en ella se podrá hallar algo aprovechable, tanto para la elaboración del nuevo relato que tanto necesita la izquierda, como para solventar algún que otro problema que afecta a la sociedad en la que vivimos.
Para Jordi Guillot, que es vicepresidente de Iniciativa por Cataluña, hablar de izquierda hoy en España es hablar de federalismo y de ecologismo, y que sólo desde esos posicionamientos se podrá afrontar la doble crisis existente, la económica y la que afecta a lo colectivo. Pero el problema para él, se encuentra en el hecho de que la izquierda está difusa, es decir, que no sabe cómo actuar al encontrarse perdida, por lo que resulta necesario, antes que nada, que se reorganice y si es preciso que se reinvente, por lo que apuesta por la creación de una gran fundación a nivel nacional, aunque él dice estatal, desde la que poder articular un debate que imponga las bases sobre las que debe asentarse esa nueva izquierda necesaria.
Estoy convencido que la desorientación que padece hoy la izquierda, que es cierta, es consecuencia de la crisis que padece, crisis que evidentemente hay que solventar, si desde ella se desea atajar las otras crisis existentes. Sí, en primer lugar la izquierda debe solucionar sus problemas internos, para con posterioridad, intentar aportar las alternativas que observe necesarias para sacar a nuestras sociedades del callejón sin salida, sin salidas aparentes en las que se encuentran, o para modificar la demencial y asocial trayectoria de las mismas. Para que vuelva a tener peso, la izquierda debe hacerse con un nuevo discurso que la cohesione, ya que en estos momentos si por algo se caracteriza, es por carecer de un eje vertebrador que la unifique en su diversidad, presentándose ante la sociedad como un disparatado coro de voces, que sin credibilidad, lo único que consigue es subrayar los discursos políticos que se le oponen, que en contrapartida, y más que por los desméritos de esa izquierda que por los propios, logran presentarse como creíbles y realistas, descalificando todo lo que se salga de los parámetros que la propia izquierda con dificultad va dibujando. Por ello, es esencial aunque tenga que dejarlo todo momentáneamente a un lado, que se dedique a trabajar con ahínco en la elaboración de un nuevo discurso, de una nueva narración que ante todo sea realista, que le sirva, además de para recuperar la credibilidad perdida, que es fundamental, para que su voz se convierta de nuevo en la referencia de importantes sectores sociales, que hoy por hoy, por desgracia, se encuentran desbordados y encadenados a discursos que van en contra de sus propios intereses. Por este motivo veo interesante la propuesta de crear un foro de debate, que perfectamente se puede presentar en forma de fundación, que a todos los niveles se dedique a idear y a preparar los cimientos sobre los que debe levantarse el nuevo edificio de la izquierda, y observo también importante, como propone el autor, que queden excluido de ese foro las organizaciones de la izquierda existente, para que con libertad puedan expresarse en él, sólo individuos con nombres y apellidos, que son los que el dirigente de Iniciativa identifica con la izquierda difusa. Con lo medios existentes en la actualidad, ese foro se puede constituir sin que suponga un esfuerzo para nadie, necesitándose sólo un moderador que coordine las diferentes propuestas y que trate de evitar que todo quede empantanado, como muy a menudo suele ocurrir, por la acumulación de cuestiones preliminares, laterales, pero sobre todo carentes de sentido.
La aportación anterior, la de articular esa fundación de debate, gracias a la cual se pueda dar una nueva oportunidad para que la izquierda pueda refundarse, es lo que más me ha interesado del artículo de Jordi Guillot, ya que su contribución a ese futuro debate, el de que la izquierda debe, al menos en este país, que al parecer es especial, asentarse sobre dos pilares, el del federalismo y sobre el del ecologismo, me provocan importantes dudas.
Ni que decir tiene, que en ese teórico debate tendrán cabida todas las opiniones, todas, pero también todas las posibles críticas a las diferentes propuestas vertidas en el mismo. Guillot, es un representante cualificado de una opción política determinada, la de la izquierda catalanista, por lo que su apuesta federalista y ecologista no deja de ser coherente, pero me da la sensación, de que el federalismo, dadas las circunstancias, es un concepto que ya puede estar desfasado. Desde mi punto de vista, hablar de federalismo es lo mismo que hablar de nacionalismo, o de patria chica, y si se quiere de provincianismo; es un término que atañe más a la derecha que a la izquierda, siendo uno de los lastres, en un mundo globalizado, de los que la nueva izquierda tendrá que desprenderse a la mayor brevedad posible, para apostar por el concepto mucho más amplio de ciudadanía, que se quiera o no, debe asentarse en lo local, en las ciudades y en las zonas de influencia de las grandes urbes. Las ciudades, y más concretamente las grandes ciudades, serán el eje sobre el que se articulen las sociedades futuras, y esos ámbitos serán, lejos de las abstracciones nacionalistas, donde en mi opinión, tendrá que batirse el cobre la izquierda futura. Hay que tener una visión amplia, y comprender que es fundamental acabar con los ídolos creados por la derecha y apostar por nuevas formas de convivencia, que para colmo ya existen, que aporten más, sin coartar, al ciudadano de nuestro tiempo.
Sobre el ecologismo poco tengo que decir, ya que trabajar por un mundo sostenible es una exigencia que la propia realidad demanda, pero no me gusta que bajo ese término tan manoseado se esconda, porque avergüenza poner sobre la mesa determinados temas, otras cuestiones que son esenciales para la izquierda. Cuando se habla de la necesidad de crear un mundo sostenible en lo social, ¿de qué se está hablando?, imagino de que la justicia sea un imperativo inexcusable en nuestras sociedades. Pues bien, al igual que a determinada izquierda, a la moderna, precisamente a la que pertenece el autor del presente artículo, se le llena la boca cuando habla de libertad, tampoco la izquierda de siempre tendría que avergonzarse cuando hable de justicia y de igualdad, ya que estos términos sí representan, y siempre han representado lo que en último extremo han justificado la existencia de la propia izquierda. En lugar, para terminar, de decir que la nueva izquierda que hay que reinventar debería basarse en el binomio federalismo y ecologismo, mejor sería decir, que las cuatro patas que tienen que sostener a ese nuevo proyecto, deberían de ser los derechos de la ciudadanía, la justicia, la igualdad y por supuesto la lucha por la sostenibilidad del planeta.

Viernes, 10 de septiembre de 2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario