jueves, 15 de mayo de 2014

Sobre las elecciones europeas, y 2

23.- Sobre las elecciones europeas, y 2

            El caso de “Podemos” es diferente, pues a quien realmente puede debilitar, debilitar y acabar con sus elevadas expectativas electorales es a Izquierda Unida, pues aspira a asentarse a la izquierda de la antigua coalición, a la que puede, si las cosas le van bien, asestarle un duro golpe. Se podría decir, que “Podemos”, en terminología extrema, es el brazo político del movimiento 15M, un entramado político que muchos esperaban, esperábamos, que se consolidara  desde hace mucho tiempo. Se podría decir también, que parte de su electorado potencial es un voto joven rescatado de la abstención, un voto joven y activista que no encontraba acomodo en ninguna de las formaciones políticas del arco parlamentario, y que gracias a “Podemos”, podrá hallar su voz y a sus propios representantes.
            Hasta ahora, los votos que se le escapaban al PSOE por la izquierda casi todos iban a parar a Izquierda Unida, que de esta forma se convertía en el recogedor de la frustración que el PSOE iba generando. Resulta sintomático, que en la historia reciente de nuestro relativamente joven sistema democrático, la subida electoral del los socialistas implicaba una importante bajada de los apoyos que recibían los izquierdistas, y viceversa, ya que los mejores resultados para Izquierda Unida siempre se han producido cuando el PSOE padecía una hecatombe electoral. Por tanto, ahora que el electorado, debido a los recortes que el Partido Popular está llevando a cabo, parece que se inclina de nuevo hacia la izquierda, y comprobada la incapacidad de los socialistas para captar el descontento, pues aún no han sabido recuperarse de la debacle electoral que sufrieron, muchos pensaban, pensábamos, que Izquierda Unida sería la gran beneficiada y que aumentaría de forma significativa  el número de votos que conseguiría. Pero mientras que los dirigentes izquierdistas se frotaban las manos, pues sabían que sin hacer apenas nada, casi de rebote, podrían alcanzar el fruto siempre esperado, la aparición sorpresiva de “Podemos”, a quienes no han podido ni asumir ni eclipsar, les ha hecho comprender que las cosas puede que no les vayan como esperaban. Está claro que Izquierda Unida hace tiempo que dejó de ser una formación política ilusionante, de suerte que se podría decir que es un partido político de cuadros, en donde el Partido Comunista, que cada día que pasa posee menos presencia social, ejerce un poder omnímodo, lo que aleja a la antigua coalición de esa nueva savia ciudadana que puede alimentar a “Podemos”. Izquierda Unida, aunque lo ha intentado, no ha sabido hacerse con esa franja emergente del electorado, pero también, y ésta es la gran novedad, puede perder parte de sus apoyos tradicionales, ya que muchos de sus votantes, sin duda hartos de la política profesional, de los políticos profesionales que controlan a la organización, se verán tentados a acercarse, sobre todo cuando comprendan que en unas europeas no arriesgan nada, a los abanderados del antiguo pero no olvidado 15M. Lo de Izquierda Unida, o mejor dicho lo del Partido Comunista es preocupante, ya que parece que se acomoda con satisfacción a la situación en la que vive, no planteándose en ningún momento asomarse a lo que está ocurriendo en la calle, como si la presencia que mantiene en las instituciones le bastara, lo que justificaría, que en esta ocasión, también pueda quedarse “fuera de juego”.
            En este momento, aún, como le ocurre a muchos, no sé que voy a votar, ya que sólo estoy convencido que me acercaré temprano a mi colegio electoral, porque no puedo estar todo el día criticando para después, a la hora de la verdad, lavarme las manos como si no me importara nada de lo que ocurre a mi alrededor. También sé, por la aparición de esos nuevos actores, que la campaña se presentará mucho más animada, pudiendo anticipar que el número de abstenciones será más baja de lo habitual, aunque los medios señalen que los electores que decidan ese día quedarse en casa, lo que sería terrorífico, se situará en torno al sesenta por ciento. La tentación de votar a “Podemos” está ahí, aunque soy consciente que ni los valores ni los discursos que esgrimen sus patrocinadores son los mío, a pesar de que tengo que reconocer que la forma en que se plantean, sin los miedos que siempre han amordazado a la izquierda de este país, me llaman poderosamente la atención.
            Lo curioso de estas elecciones, gracias a su singular sistema electoral de distrito único, es que pueden conseguir, y este hecho creo que es positivo, una fragmentación del mapa electoral, lo que si no un golpe al bipartidismo, eso es difícil, sí puede poner a cada uno en su lugar, en el lugar en que políticamente desearía estar, dejando para otra ocasión eso que tanto se recomienda, en aras de la gobernabilidad del país, y que tanto se instrumentaliza como es el voto útil. Puede servir, también, una vez efectuadas, para calibrar el estado de malestar existente, y cuál es el apoyo real con el que cuentan, más allá de los datos demoscópicos que de forma constante nos abofetean, y que tan “cocinados” siempre aparecen, los partidarios de las políticas de ajustes que tanto se publicitan como necesarias.
            Estas formaciones que aparecen, pueden suponer un problema para los partidos políticos asentados, a los que podrán quitarle electores, pero pueden servir para oxigenar la vida política de este país, pues no creo que resulte higiénico, y existen abundantes pruebas de ello, que casi todo el poder que delega la ciudadanía recaiga sólo en dos o tres formaciones políticas, que como se ha demostrado, debido a los escasos controles existentes, han destrozado la credibilidad no sólo de la clase política, sino de la política misma. Tal como ocurre en otros ámbitos, la diversidad, también en política, puede ser positiva.


06.01.14