43.- Sobre los
últimos movimientos dentro de la izquierda, y 2
Si
es cierto lo anterior, que creo que sí,
“Podemos” ya no aspira a llevar a cabo reformas estructurales de calado, sino
regenerar, fortaleciendo, al sistema capitalista actual, por lo que la
desaparición de Izquierda Unida, el gran referente hasta hace poco de la
izquierda, debería llenarnos de preocupación.
Izquierda Unida desde hace ya
bastantes años dejó de ilusionar a la ciudadanía, incluso a los que
incondicionalmente le prestaban su apoyo en cada uno de los comicios que se
llevaban a cabo, ya que era la única opción de izquierdas que existía, pues a
pesar de que había perdido casi toda su presencia en la calle, entre otras
razones porque apenas contaba ya con militantes, eran los únicos representantes
en las instituciones que mantenían discursos claramente de izquierdas. Este
hecho, al menos en mi círculo más cercano, ha obligado, o empujado a algunos de
mis conocidos, que en principio y desde el principio se mostraron como
fervientes seguidores de “Podemos”, a votar por las candidaturas presentadas
por Izquierda Unida, al estimar que la desaparición de ésta del panorama
político supondría un grave error histórico, pero esa opción llevada a cabo a
última hora, dejaba claro al menos para ellos, que el partido de Pablo Iglesias
no representaba lo que en teoría debería de ser una formación de izquierdas
creíble.
Izquierda
Unida, comprendiendo su triste situación real, lleva bastante tiempo teorizando
sobre la necesidad de una confluencia de izquierdas, y suplicando a “Podemos”
que estudiara tal posibilidad, en donde las diferentes organizaciones que se
integraran en ella no tuvieran que abandonar sus siglas, lo que llaman su
historia, pero al recibir un no por respuesta, un no categórico, no ha tenido
más remedio, en contra de lo que algunos de sus teóricos recomendaban, que
pasar decididamente a la ofensiva. En Izquierda Unida saben que si se presentan
en solitario a las elecciones, con sus amadas siglas, la debacle estaría
garantizada, y que sería lo más parecido a un suicidio político, por lo que se
han sacado de la manga un recurso ya bastante desgastado, de cuya utilización
siempre el Partido Comunista ha sido un especialista, la creación de una
coalición que consiga ocultar sus vergüenzas aportando una imagen nueva. En
esta ocasión el artilugio se denomina “Ahora en Común”, cuyas cabezas visibles,
como siempre ocurre en estas estrategias de despachos, son conocidos
intelectuales y activistas, junto a
Alberto Garzón, que con voluntarismo está haciendo lo que puede para salvar lo
más dignamente posible los anticuados muebles de la antigua coalición, y que
con toda seguridad, como suele ocurrir en estos casos, será amortizado por los suyos por los pobres
resultados que con seguridad obtendrá.
Soy
partidario, y cada vez que tengo ocasión lo repito, de la necesidad de
articular una gran coalición, o plataforma, que tenga la virtud de poder
aglutinar a todos los elementos dispersos de la izquierda, pero también estoy
convencido, que hoy por hoy, sin “Podemos” esta posibilidad resultaría
imposible. Y “Podemos”, como se sabe, en estos momentos mira hacia otros objetivos,
que nos gusten o no, son respetables. El problema para la izquierda real, y
también para Izquierda Unida, es preocupante, ya que difícilmente podrá tener
representantes en las instituciones en la próxima legislatura, y lo que es
peor, casi sin presencia real en la ciudadanía.
La
marca Izquierda Unida, fue, no nos engañemos, uno de esos artefactos que montó
el Partido Comunista para poder levantar vuelo después de la debacle electoral del
ochenta y dos, de la que en su momento Santiago Carrillo dijo, que “IU era el
Partido Comunista vestido de lagarterana”, una opción que se consolidó en gran
medida por la frustración que provocó el cambio de opinión del PSOE con
respecto a la OTAN, y que desde entonces, casi completamente desnaturalizada,
ha venido arrastrándose legislatura tras legislatura, acomodándose incluso, a
las cuotas de poder, en torno al diez por ciento, que casi siempre
trabajosamente iba consiguiendo. Da la sensación que “Ahora en Común”, ante
todo sólo es un cambio de nombre, que surge después de comprenderse que IU ya
no vende, y que de nuevo no hay más remedio que disfrazarse de lagarterana.
En
momentos difíciles como los actuales, en los que apoyándose en los efectos catastróficos
de la crisis económica que padecemos se están implementando grandes recortes
sociales, la desaparición de la izquierda del escenario político sería
catastrófico, pues los reformistas, los de siempre y los nuevos, el PSOE y
“Podemos”, necesitan un contrapunto para que no se escoren demasiado a la
derecha. El problema, es que hoy por hoy Izquierda Unida y el Partido
Comunista, que es el que realmente, digan lo que digan, controla la
organización, no puede ser ese contrapunto, esa referencia, pues en el fondo,
socialmente se encuentran amortizados,
Lo anterior no quiere decir, ni mucho menos, que todos sus cuadros,
militantes y simpatizantes lo estén, pero sí que dicha organización, y los que
desde hace tiempo la controlan, deberían dar un paso hacia atrás después de
realizar una profunda autocrítica a su labor.
Pero
a pesar de todo, dejando a un lado a Izquierda Unida y en el otro a “Podemos”,
y a pesar de las dificultades, creo que aún es posible articular una plataforma
que aglutine a los elementos dispersos de esa izquierda huérfana, que tendrá
que nutrirse de miembros que hasta la fecha han orbitado en torno a Izquierda
Unida junto a los descontentos por la deriva en la que “Podemos” ha caído, pero
sobre todo, por aquellos que sin militar en ningún partido, los siempre
denostados “independientes”, estarían dispuestos a organizarse para apoyar este
proyecto de izquierda necesaria. Aunque resultará difícil, la disolución de
Izquierda Unida y del Partido Comunista podría ser el paso previo, ya que la
alargada sombra que proyectan los dirigentes de estas solapadas organizaciones,
lo único que hacen es entorpecerlo todo. Si tal hecho no se produce, por las
buenas o por las malas, ese proceso de convergencia por el que muchos
suspiramos, sencillamente no se podrá llevar a cabo. El Partido Comunista, y
por extensión Izquierda Unida, en estos momentos representa un problema.
14.07.15