sábado, 26 de abril de 2014

Sobre las elecciones europeas,1


22.- Sobre las elecciones europeas, 1

            Las elecciones europeas del próximo mayo, posiblemente por el escaso interés que despiertan en la ciudadanía, a pesar de la importancia real de las mismas, pueden suponer un importante test, no sólo para el gobierno, sino también y sobre todo para la clase política asentada y consolidada de este país. En estas elecciones para el Parlamente Europeo,  y no sólo en España, cada cual vota, los que a pesar de la apatía decidan ir al colegio electoral, a la opción política que más le agrada, dejando a un lado el denominado “voto responsable o útil” que suele acompañarlo en las elecciones de más enjundia, el que se realiza valorando los pros y los contras dependiendo de las circunstancias que en cada momento se presentan. En “las europeas se vota, por tanto, más con el corazón que con la cabeza, lo que en esta ocasión, debido al desencanto generalizado, puede provocar, tanto a la derecha como a la izquierda, más de una sorpresa. En coyunturas normales, estas elecciones suelen pasar desapercibidas, asumiéndose incluso unos altos índices de abstención, ya que importantes sectores de la ciudadanía ni tan siquiera se plantean el esfuerzo físico que requiere ir a votar. Pero esta vez, con la crisis económica golpeando con fuerza, y la impotencia manifiesta que las fuerzas políticas mayoritarias han demostrado para afrontarla, unido a los vergonzosos casos de corrupción que en gran medida gracias a la crisis han salido a relucir, y que afectan a todos los partidos, todo puede ser diferente. Y todo puede resultar diferente, porque han surgido ciertas variables, que pueden dejar sin sentido el castigo que tradicionalmente se ha venido llevando a cabo contra la clase política, el de “pasar” de ellos y no votarles, pues ahora, como elemento innovador, han aparecido en la palestra pública varias candidaturas que además de reivindicar una forma diferente de hacer política, hacen hincapié en la necesidad  de la participación para regenerar la vida política de este país.
            Las dos más importantes que hasta el momento se han presentado, aunque con seguridad aparecerán algunas más, son “Vox”, la formación liderada por Ortega Lara, el funcionario de prisiones secuestrado por ETA hace algunos años, y “Podemos”, cuya cabeza visible es el politólogo Pablo Iglesias, que a ambos extremos del escenario político, sin duda, por el aire nuevo que aportarán, lograrán agitar las empantanadas aguas del mismo.
            Casi todos los analistas estaban convencidos, debido a la situación por la que se atraviesa, que estas elecciones supondrían un duro revés al menos para las dos grandes formaciones del país, una por la gestión que está realizando de la crisis, y la otra, por no haber sabido reconvertirse para presentarse como alternativa creíble ante su potencial electorado, y que los dos grandes beneficiados serían UPyD e IU, pero ahora también existen serias dudas con respecto a esto, pues el descontento existente puede canalizarse hacia otros lares, lo que hasta hace poco parecía imposible.
            Si se consolida “Vox” como proyecto, puede suponer la irrupción de una formación de derecha-derecha, que se posicione en el lugar que en otros tiempos, no tan lejanos, ocupó la extinta Alianza Popular, que puede representar lo que en la actualidad supone Izquierda Unida para el PSOE, hecho que acabaría con una de las singularidades de la derecha española, la de presentarse unida ante el electorado bajo una sola bandera aglutinadora. “Vox”, según parece, aspira a erigirse como el guardián de las esencias de la derecha española, precisamente esgrimiendo los mismos postulados que el Partido Popular repetía de forma incansable hace apenas unos años, cuando se encontraba en la oposición y se dedicaba a demoler todas y cada una de las actuaciones del gobierno de Rodríguez Zapatero, estrategia que tan buenos resultados le aportó.
            Los dirigentes del Partido Popular, organización que después de dos años de gobierno parece que hace aguas por todas partes, tienen que estar preocupados por la aparición de “Vox”, ya que por su derecha le puede surgir un correoso y duro competidor, no para arrebatarle el liderazgo que en estos momentos posee en su franja electoral, pero sí para perder ese diez por ciento que pueden obtener los seguidores de Ortega Lara, porcentaje muy parecido al que elecciones tras elecciones consigue, punto arriba punto abajo, izquierda Unida.”Vox” en este sentido puede ponerle las cosas muy difíciles al Partido Popular, que tendrá, en el supuesto que la nueva formación consiga levantar vuelo, que escorarse obligatoriamente a la derecha si en realidad desea, mediante pactos, mantener sus actuales cuotas de poder. Los postulados ideológicos con los que se presenta “Vox” son muy simples, incluso demasiado arcaicos, pero posiblemente por ello puede conseguir una considerable acogida en el electorado tradicional de la derecha, pues levantar la voz para afirmar  la indivisibilidad de la patria, la necesidad de desmantelar el actual Estado de las Autonomías y el no ceder a las presiones que ejercen los grupos abertxales para que sean liberados los presos políticos etarras que aún quedan en prisión, sigue enervando a un sector, que si no mayoritario, si es significativo en ese importante segmento electoral. La aparición de esta formación, con seguridad, en el caso muy probable de que llegue a consolidarse electoralmente, podrá provocar un importante seísmo en el mapa electoral español, que a quien más debilitará, debido a la ley electoral vigente, sería al Partido Popular, que es la formación, al menos hasta ahora, que monopoliza todos los votos desde la extrema derecha al templado centro derecha. Lo curioso del caso, es que la aparición de “Vox”, aunque muchos se escandalicen por ello, puede ser considerado como un paso hacia la normalización, pues en los países de nuestro entorno, los partidos conservadores con opciones reales de gestionar el poder, suelen tener a su derecha una formación aún más de derechas que ellos, algo que en España desde hace tiempo no ocurre.


30.01.14